25 de abril de 2015

DE NUEVO, EL CRECIMIENTO DE AMERICA LATINA Y EL CARIBE EN RIESGO

Por qué no se pudo prolongar el crecimiento sostenido de inicios del siglo XXI?

Xiomara Lorena ROMERO PEREZ (24/04/2015)

El Banco Mundial (BM) anunció el pasado 15 de abril que los países de América Latina y del Caribe (ALC) continuarán creciendo durante este año. El ente internacional precisó sin embargo que dicho crecimiento mantendrá la tendencia hacia la reducción presente en los últimos 2 años. Al respecto, nos preguntamos por qué no se pudo prolongar el crecimiento sostenido que la región presentó al inicio del siglo XXI, cuáles son los países más afectados hoy en día, qué impacto tiene este estancamiento en el crecimiento general de la región y, finalmente, qué estrategias se proponen para mejorar las perspectivas de crecimiento.

A. Un ciclo de crecimiento sostenido que finaliza

1. Las tendencias de los últimos 20 años

A partir de los años 90, ALC ha tenido 4 periodos en su ritmo de crecimiento. Durante el periodo 1990-1997, la región experimentó una recuperación frente a los años 80, evidenciada con porcentajes de crecimiento de 3,2% en promedio (debe resaltarse que, para los mismos años, los países de la Organización para el Crecimiento y el Desarrollo Económico –OCDE- presentaban un crecimiento promedio del 2,4%). En el segundo periodo, comprendido entre 1998 y 2003, las economías de ALC se vieron afectadas por crisis económicas internacionales (las crisis asiática y rusa), por lo que su crecimiento bajó a un promedio de 2,1% y, más adelante, llegó incluso a caer a 1,6%. La tercera variación se extendió de 2004 a 2012. Este fue un periodo de crecimiento considerable y sostenido, pues el promedio de los países de la región se mantuvo por encima del 5%, frente a los países de la OCDE que reportaban un 2,3%. Sin embargo, el año 2013 marcó el inicio de una nueva variación con tendencia a la reducción paulatina del crecimiento económico en la región.

Según las cifras del BM, el crecimiento sostenido que ALC presentó en la primera década del siglo XXI permitió sacar de la pobreza a 70 millones de personas, así como extender la clase media a más de un 50% de la población. Algunos de los factores que contribuyeron a que la región no se viera tan afectada por las crisis económicas internacionales durante estos años, fueron una inversión extranjera directa (IED) sostenida y el ingreso continuo de remesas. A pesar de ello, esos buenos resultados no se aprovecharon de la mejor forma.

2. La bonanza que no se supo aprovechar

De acuerdo con el BM, tres circunstancias dan cuenta del mal manejo que se dio al crecimiento regional de casi una década a inicios del siglo XXI. Lo primero que se puede constatar es que la población de la región siguió siendo muy desigual. En efecto, más de 82 millones de personas continuaron viviendo con menos de 2.5 dólares al día, mientras que la clase media alcanzaba niveles de 10 a 50 dólares. A esto se suma la circunstancia de una escasa productividad en sectores diferentes al de materias primas. Finalmente, el BM ha sido enfático en que uno de los factores que influyen en el estancamiento presente es la baja calidad de la educación.

El 2012 constituyó un año de transición donde las expectativas continuaban siendo positivas (2.9% de crecimiento). Sin embargo, el 2013 confirmó la tendencia hacia la reducción con un crecimiento de 2.7%. En sus proyecciones, tanto el BM como el Fondo Monetario Internacional (FMI), manejan un porcentaje de 2.0 a 2.5 para el 2014, mientras que otras instituciones como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) estiman que el crecimiento en ese año estuvo entre 1.0 y 1.5%. Esto significa, en todo caso, que después de un largo tiempo, la región de ALC estará por debajo del crecimiento de los países de la OCDE.

B. Un nuevo ciclo de estancamiento que podría limitarse en el tiempo

1. A pesar de la cifras, se mantiene el positivismo

A pesar de las diferencias en los pronósticos del año 2014, los organismos económicos internacionales coinciden en afirmar que para el año 2015 habrá una mejoría, o al menos una estabilización -según la postura menos optimista- en las cifras de crecimiento. En ese sentido, se espera que la región alcance -o conserve- un crecimiento de 2.0 a 2.5%. La urgencia de mantener un crecimiento por encima del 3% (si fuera posible) radica en que de ello depende que la región pueda mantener su ritmo de progreso social. Así las cosas, si la tendencia a la reducción continua, se corre el riesgo de perder los logros alcanzados, siendo los primeros afectados quienes han salido del margen de pobreza extrema.

Al respecto, llama la atención el que, según los organismos económicos internacionales, los países que podrían hacer que el crecimiento de la región se mejore para el año 2015 son los menos esperados. Efectivamente, la mayoría de esos órganos mencionan a Bolivia, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Panamá, Perú y República Dominicana, incluso algunos incluyen a Nicaragua y Paraguay. En este grupo se espera que el crecimiento para el año en curso esté entre el 4 y el 7%. Sorprende entonces que Argentina, Brasil, Chile y México no figuren en la lista al no esperarse que alcancen esos porcentajes.

 2. Las estrategias que podrían romper la tendencia negativa

Dos son los riesgos más graves a los que ALC se expone como consecuencia de la reducción en su crecimiento. El primero es la dependencia de exportaciones de materias primas. El segundo, en el caso de algunos Estados, es la dependencia del gasto público -sobre todo el social- de las ventas de petróleo. En el primer caso, el precio de las materias primas seguirá con su tendencia a la baja. Ante este posible desajuste de la balanza comercial, una eventual solución sería la devaluación de la moneda interna, pero no todos los países cuentan con esa flexibilidad, particularmente, aquellos que adoptado el dólar como moneda interna. Ahora bien, frente a la caída del precio del petróleo y su indefinida prolongación, la situación es más compleja pues la solución inmediata sería el aumento de impuestos.

Ante este panorama, una vez más se corrobora que el ciclo de reducción del crecimiento económico en ALC se repite por la falta de inversión en innovación y en educación de calidad. A esto se suma, hoy en día, la especial vulnerabilidad de la región frente a las crisis económicas de las grandes potencias, la concentración de la población en los perímetros urbanos y sus consecuencias en el medio ambiente, así como los efectos inciertos para la región de la recuperación de la economía de Estados Unidos.

Fuentes:

Banco Mundial (BM)

Fondo Monetario Internacional (FMI)

Banco Interamericano de Desarrollo (BID)

Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)

“Fuentes de crecimiento económico en Latinoamérica”. Cuadernos de Capital y Crecimiento. Fundación BBVA. Diciembre 2010. <http://www.fbbva.es/TLFU/tlfu/esp/publicaciones/cuadernos/fichacuaderno/index.jsp?codigo=585>